Los beneficios del Vino
¿Cómo influye en la diabetes?
En primer lugar, hay que matizar sus efectos como preventivo antes de desarrollar una diabetes tipo 2, que es la que más se genera en la edad adulta y los efectos que pueda tener el alcohol en una persona que ya es diabetica.
En el esquema se ve en qué consiste la diabetes de tipo dos. El azúcar en nuestra sangre, también conocido como glucosa sanguínea, es necesario para el crecimiento y tener energía. La glucosa proviene de los alimentos que comemos, el desglose de la glucosa almacenada en los músculos (glucógeno), y también puede provenir de otros nutrientes en el cuerpo. Las principales hormonas implicadas en el mantenimiento de un nivel saludable de glucosa en la sangre, son la insulina y el glucagón. Normalmente, cuando el azúcar en la sangre empieza caer, el cuerpo puede responder produciendo más azúcar en la sangre, o quemando azúcar almacenado. Cuando el azúcar en la sangre empieza a subir, se segrega más insulina, para devolver el azúcar a un nivel más saludable. Sin embargo en una persona diabética, se ha desarrollado una resistencia a la insulina o el pancreas no produce las cantidades necesarias. Hay que tener en cuenta que una de las principales causas que pueden desencadenar la diabetes tipo 2 es la obesidad y que uno de los efectos indeseables de las bebidas alcohólicas es su alto contenido en calorías huecas.
Los efectos del vino en la prevención de diabetes tipo 2.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por investigadores de Harvard School of Public Health se sugiere que beber cantidades moderadas de alcohol puede ayudar a prevenir que las mujeres postmenopáusicas sanas desarrollen diabetes y enfermedades del corazón. Según el informe, las mujeres que consumen una o dos bebidas al día, tienen mayor capacidad para responder a la insulina, una hormona que ayuda a las células a obtener energía del azúcar. Estas mujeres también tenían un nivel de insulina menor en su sangre. Los niveles altos de insulina en la sangre, así como la disminución de la sensibilidad a la insulina, son factores de riesgo para sufrir enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2.
En el estudio participaron 51 mujeres postmenopáusicas. Fueron rotando por tres tratamientos de 8 semanas cada uno, en los que o no consumían alcohol, tomaban una copa al día, o tomaban dos copas al día, como complemento a una dieta para mantener su peso corporal. Muestras de sangre extraídas de las pacientes, revelaron que los niveles de insulina eran casi un 20% más bajos tras consumir dos copas, comparados con los de las mujeres abstemias. Los niveles de triglicéridos, un tipo de grasa asociada con el incremento de posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas, eran un 10% más bajos en el grupo que consumía dos copas al día, comparado con el grupo abstemio. La sensibilidad a la insulina aumento casi un 7% tras dos copas. No hubo efecto en la glucosa de la sangre.
Los investigadores atribuyeron sus descubrimientos sobre los efectos del alcohol, pero subrayaron que otros componentes del vino tinto también proporcionan protección. Sin importar de que componente del vino se trate, los descubrimientos tienen consistencia con los informes anteriores que han descubierto una mejora de la sensibilidad a la insulina entre los adultos que no sufren diabetes, que bebían de forma moderada.
Otro equipo del Institute of Public Health of Dallas, concluyó que beber moderadamente reduce el riesgo de diabetes en los hombres, (entre 5 y 10 copas por semana). Este equipo investigó los índices de diabetes tipo 2 (la forma adulta de la enfermedad, que afecta al 95% de los enfermos), en más de 8.600 hombres de Texas. Descubrieron que los riesgos de padecer diabetes eran menores en los hombres que veían entre 5 y 10 copas a la semana, en contraste con los abstemios, los bebedores no frecuentes (1 a 5 copas semanales), y los bebedores excesivos (10 o más de 22). D hecho, los bebedores no frecuentes o excesivos padecen el doble de riesgo de sufrir diabetes tipo 2 que los bebedores moderados.
Según los estudios anteriores, beber con moderación reduce la resistencia a la insulina, mientras que el consumo excesivo de alcohol aumenta la resistencia a la insulina (el cuerpo deja de responder al efecto de almacenamiento de azúcar producido por la hormona insulina, lo que precede a la diabetes tipo 2). Basándose en sus descubrimientos, los investigadores creen que el 24% de los casos de diabetes en hombres adultos, pueden ser atribuibles a un alto consumo de alcohol. Si bien los expertos no recomiendan que los abstemios empiecen a beber para reducir el riesgo de diabetes, sí se recomienda que los bebedores excesivos reduzcan su ingesta para reducir el riesgo.
¿Y una vez que se ha desarrollado la diabetes, cómo influye?
El alcohol es identificado por el cuerpo como un veneno, por lo que dedica todo su esfuerza a expulsarlo, incluyendo el cese del mantenimiento de niveles saludables de glucosa en la sangre. Los estudios han demostrado que el alcohol interfiere con las tres fuentes principales de glucosa, y con las hormonas necesarias para mantener los niveles saludables de glucosa en la sangre. El mayor impacto se observa en los que consumen mucho alcohol de manera frecuente. Los bebedores excesivos agotan sus reservas de glucógeno en pocas horas, sobre todo cuando su dieta no proporciona una cantidad suficiente de hidratos de carbono. Con el tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede disminuir la eficacia de la insulina, por lo que se producen niveles altos de azúcar en la sangre. Un estudio demostró que entre el 45 y el 70% de las personas con enfermedad hepática alcohólica, sufría o intolerancia a la lactosa o diabetes.
El alcohol también puede afectar negativamente a los niveles de azúcar en la sangre cada vez que se consume, independientemente de la frecuencia del consumo. Los investigadores han demostrado que la secreción de insulina aumenta con el consumo acentuado, causando un nivel bajo de azúcar en la sangre (hipoglucemia), y también puede afectar a la respuesta hormonal que suele corregir la hipoglucemia. Beber tan sólo 2 onzas de alcohol con el estómago vacío, puede producir niveles muy bajos de azúcar en la sangre. Esto hace que el alcohol sea un problema muy grave para las personas con diabetes. Junto al impacto sobre el azúcar de la sangre, los estudios han demostrado que el alcohol puede afectar a la eficacia de los medicamentos hipoglucemiantes, por lo que se deben tomar precauciones extremas si consumes alcohol y eres diabético.
También aumentan los riesgos cuando se combina ejercicio físico y alcohol. No es inusual que la gente salga a tomar una copa después de haber practicado algún deporte (fútbol, baloncesto, tenis), o consumir algún tipo de bebida alcohólica mientras se juega. Los niveles de azúcar de la sangre bajan de forma natural durante el ejercicio, y tu cuerpo trabaja para sustituir las reservas de glucógeno, una vez terminado. Consumir alcohol en ese momento, detendrá el proceso y pueden causar que los niveles de azúcar de la sangre permanezcan en un nivel poco saludable.
El alcohol puede hacer estragos en un sistema necesario para tu salud y bienestar. Los niveles excesivamente bajos o altos de azúcar en la sangre puedan tener consecuencias a largo plazo. Si decides consumir alcohol, aquí te damos algunos consejos para evitar este problema:
- Nunca bebas con el estómago vacío.
- Empieza con bebidas no alcohólicas, para satisfacer tu sed, y ten siempre una disponible mientras consumes alcohol.
- Limita las cantidades que consumes.
- Puedes hacer que la bebida dure más tiempo, reduciendo el impacto en el azúcar de la sangre, bebiendo vino con gaseosa.
- Si tienes diabetes, consulta con tu médico sobre qué efecto puede tener el alcohol en la medicación que tomas,
- Consume bebidas sin alcohol antes y después de hacer ejercicio.
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¿Qué impacto tienen los edulcorantes artificiales en las bebidas alcohólicas?
La moda de las dietas bajas en carbohidratos ha provocado un aumento del consumo de las bebidas dietéticas, mezcladas con bebidas alcohólicas. Las mezclas con bebidas alcohólicas suelen hacerse con bebidas que contienen azúcar, como soda o zumos. Se cree que la presencia de azúcar reduce la rapidez con la que el alcohol es evacua el estómago, siendo absorbido por el intestino delgado, sin embargo, se desconoce que efecto pueden tener los edulcorantes artificiales en la absorción de alcohol.
Un estudio reciente examinó la diferencia entre los niveles de alcohol en la sangre de bebidas con azúcar, respecto a las bebidas con edulcorantes artificiales. El estudio descubrió una importante diferencia los niveles de alcohol de ambas bebidas. De hecho, la bebida “light” produjo niveles de alcohol en la sangre que incapacitarían para conducir, mientras que las mismas cantidades de la bebida “normal” no producían ese efecto. Esto supone una situación potencialmente peligrosa, y evidencia la necesidad de tener unas directrices diferentes para las bebidas que contengan edulcorantes artificiales.