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La mayoría de las personas con enfermedad de Alzheimer puede permanecer en su casa, siempre y cuando algún tipo de asistencia sea proporcionada a medida que la enfermedad progresa. Además, durante la mayor parte de la enfermedad, los individuos mantienen la capacidad para dar y recibir amor, compartir relaciones interpersonales, y participar en muchas actividades importantes con familiares y amigos.
Tratando los síntomas conductuales
Una persona con Alzheimer pueden no ser capaz de calcular ecuaciones, pero sí de leer una revista con mucho gusto. Tocar el piano puede ser muy estresante, a medida que aumentan los errores, pero cantar con a los demás aún puede ser satisfactorio. Si se ha tenido que dejar de jugar al ajedrez, se puede jugar al tenis de forma agradable. Así, a pesar de los momentos de exasperación en la vida de los pacientes de Alzheimer y sus familias, sigue habiendo muchas oportunidades para interacciones positivas. Los desafíos, la frustración, la cercanía, la ira, el calor, la tristeza y la satisfacción, pueden ser experimentados por aquellos que trabajan para ayudar a la persona con esta enfermedad.
Los síntomas comunes de comportamiento de la enfermedad de Alzheimer incluyen insomnio, agitación, vagabundeo, ansiedad, ira y depresión. Los científicos están aprendiendo por qué se producen estos síntomas y están estudiando nuevos tratamientos y las drogas para su manejo. El tratamiento de los síntomas conductuales a menudo hace que las personas con Alzheimer tengan una vida más cómoda, y hagan más fácil su cuidado.
Las drogas psiquiátricas son generalmente utilizadas para tratar estos síntomas, aunque ninguno de estos fármacos han sido específicamente aprobados por la FDA para tratar estos síntomas en pacientes con Alzheimer. Si estas conductas son infrecuentes o leves, a menudo no requieren tratamiento con medicamentos. Las medidas no farmacológicas pueden ser útiles.
Sin embargo, con frecuencia estos síntomas son tan severos que se hace muy difícil para los cuidadores el trato con el paciente, y el tratamiento con medicamentos para controlar estos síntomas se vuelve necesario. La agitación es común, especialmente en las etapas intermedias y tardías del Alzheimer. Muchas clases diferentes de fármacos se han ensayado para tratar la agitación, incluyendo:
antipsicóticos, anticonvulsivos estabilizadores del ánimo, trazodona (Desyrel), ansiolíticos, y beta-bloqueantes.
Los estudios son contradictorios sobre la utilidad de estos fármacos. Se pensaba que los nuevos, antipsicóticos atípicos como clozapina (Clozaril), risperidona (Risperdal), olanzapina (Zyprexa, Zydis), quetiapina (Seroquel), y ziprasidona (Geodon) podría tener ventajas sobre los agentes antipsicóticos más antiguos debido a su menor número de efectos secundarios, y la capacidad del paciente para tolerarlos. Sin embargo, estudios más recientes no han demostrado su superioridad. Algunas investigaciones demuestran que estos nuevos antipsicóticos pueden estar asociados con un mayor riesgo de derrame cerebral, o muerte súbita que los antipsicóticos más antiguos, pero muchos médicos creen que esta cuestión aún no está resuelto.
Apatía y falta de concentración
La apatía y dificultad para concentrarse ocurren en la mayoría de los pacientes con enfermedad de Alzheimer y no deben ser tratados con medicamentos antidepresivos. Sin embargo, muchos pacientes con Alzheimer tienen otros síntomas de depresión como sentimientos de tristeza sostenida e incapacidad para disfrutar de sus actividades habituales. Estos pacientes pueden beneficiarse de los medicamentos antidepresivos. La mayoría de los médicos probarán con determinados inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS), como la sertralina (Zoloft), citalopram (Celexa) o fluoxetina (Prozac), como agentes de primera línea para tratar la depresión en el Alzheimer.
Ansiedad
La ansiedad es un síntoma de la enfermedad de Alzheimer, que en ocasiones requiere tratamiento. Las benzodiazepinas como el diazepam (Valium) o lorazepam (Ativan) pueden estar asociados con aumento de la confusión y el deterioro de la memoria. ansiolíticos no benzodiacepínicos, tales como buspirona (Buspar) o ISRS, son probablemente preferibles.
Insomnio
La dificultad para dormir se produce en muchos pacientes con Alzheimer en algún momento durante su enfermedad. Muchos especialistas en el campo prefieren el uso de sedantes antidepresivos atípicos como la trazodona (Desyrel). Sin embargo, otros especialistas pueden recomendar otras clases de medicamentos. Las medidas para mejorar el sueño, como la luz solar, el tratamiento adecuado del dolor, y la limitación de líquidos durante la noche para evitar la necesidad de orinar, también deben aplicarse.
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¿Puede prevenirse el Alzheimer?
"No podemos controlar algunos factores de riesgo para esta enfermedad como la edad y perfil genético. Pero los científicos están estudiando una serie de otros factores como la actividad física, factores dietéticos, tales como antioxidantes y DHA, y los daños en el sistema vascular."
Las enfermedades del corazón y la diabetes
"La investigación ha comenzado a desentrañar las relaciones entre el Alzheimer y las enfermedades vasculares, que afectan a los vasos sanguíneos del cuerpo. Los científicos están investigando la asociación entre el deterioro cognitivo vascular y trastornos metabólicos tales como las enfermedades cardiacas, los derrames cerebrales, la presión arterial alta y la diabetes, lo que las relaciona de forma directa con el aumento de riesgo de Alzheimer. Varios ensayos clínicos están estudiando si los tratamientos para estas enfermedades pueden mejorar la memoria y las habilidades de pensamiento en las personas con Alzheimer o deterioro cognitivo leve."
La reacción de un paciente a la enfermedad y su capacidad para hacerle frente, también varían, y pueden depender de factores tales como los patrones de personalidad durante su vida, y la naturaleza y gravedad del estrés en el entorno inmediato. Depresión, inquietud severa, paranoia o delirios pueden acompañar o ser un resultado de la enfermedad, pero estas condiciones pueden ser corregidas, siguiendo los tratamientos adecuados. Aunque no hay cura para el Alzheimer, los tratamientos disponibles pueden aliviar muchos de los síntomas que producen sufrimiento.